jueves, 3 de enero de 2008

Así soy yo.


  • Tengo 24 años.

  • Soy estudiante.

  • Mujer.

  • 1,68mts.

  • 52 kg.

  • Compu-adicta.

  • Fumo.

  • Tengo buenas amigas Y otras/os de las/os que mejor ni hablar.

  • Adoro Buenos Aires.

  • Me encanta viajar.

  • Soy del interior.

  • Soltera (a veces a mi pesar).

Este año me encuentra un poco rara, sin conocer muy bien el cauce de mi vida, con una materias pendientes que dar en la facultad, lo que me abruma un poco; y con un año pasado a los trancazos, nefasto académicamente; en que el que predominaron las fiestas, los buenos momentos compartidos con amigas. Un año en el que he conocido amigos fugaces, en el que he tenido romances fallidos e incorrectos (demasiado), con un enamoramiento precoz y no correspondido que ha dejado mi corazón en pena, pena que ha sido ahogada por el alcohol, las fiestas, y demás. Año en el que descubrí que como la paz de mi casa no hay, en la que vivo sola y que disfruto a cada momento, refugio incondicional, intocable, lo mas parecido a mi paraíso. Lugar que banca mis neurosis, mis largas horas de reflexión, mis desencantos, y mis risas por supuesto.

Lugar que me conoce tal cual soy, curiosa, desestructurada para el ocio, atormentada por las responsabilidades que dada mis desestructuras hacen que lo demás se vaya a la mierda. Poco responsable. Un poco enojona, pero siempre como muy buenas maneras para expresarlo, eligiendo con cuidado que palabras voy a utilizar para no herir a nadie, y sin hacer que por ese modo sutil de decir todo, se pierda la contundencia de mis pensamientos. A veces me exaspero demasiado, pero trato de hacerlo sola o en compañía de alguien que me conozca muy bien. Otras en cambio trato de no prestar atención y de quitarle poder a mi cualidad observadora, para que no me revele todo en un tris, o mejor dicho para tratar de no ver lo que el tiempo de una manera u otra me va a revelar. Pienso que a veces el ser tan obsevadora me hace estar a la defensiva, y por no estar a la defensiva, muchas veces, las cosas pasan como desde el principio no quise que pasaran, o no quise ver. Puntual a rajatabla, me pone nerviosa esperar cuando no tengo por que hacerlo. No entiendo por que cuando alguien se compromete a una hora, te roba tiempo, haciéndote esperar, me molesta esa gente; y me enojo cuando son impuntuales.

Adoro los lugares con verde, es una de las mejores sensaciones, cuando pisas el pasto descalza, y sentís como cientos de hojas te masajean los pies, en ese momento te das cuenta de que sos parte de este planeta, y te das cuenta de lo pequeño que sos ante su gran inmensidad. Y así de pequeña ante el resto del mundo es que me siento, porque el verde me devuelve la humildad que veces, sin querer, ni saber muy bien por que, pierdo. Y me gusta porque solo así, en contacto con la tierra vuelvo a saber que soy solo un poquito, pero que mi poquito es también mi mundo, grande, gigantesco y divino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me has recordado el tiempo en que vivía solo. Ahora en este momento mi hija la pequeña duerme y mi esposa en el trabajo; hoy le tocó turno de noche. No sé que hora es en Argentina pero imagino que tu ya navegas en tus sueños. Bueno, decía que me recordaste esa época en que pude estar solo y que a veces extraño, ahora todo es tan distinto. La pequeñez de que hablas es lo más fascinante que podemos experimentar como seres humanos, pues es ahí donde radica nuestra grandeza. Sólo imagina que somos así de pequeños y sin embargo, somos capaces, en nuestra diminuta existencia, de pararnos frente al universo y contemplarlo, cuestionarlo y desde nuestras posibilidades: transformar algo en él.

Saludos.